De Mendoza a San Luís, vasta Argentina,
las jarillas en polvo se agazapan.
Mis ojos incansables las atrapan
siguiendo una silueta en punta fina:
tizona de alquitrán echada en tierra,
que se desliza hasta la lontananza.
Su hoja desenvainada recta avanza
sin encontrar obstáculos ni sierra.
En la plana atonía de mi viaje,
sin reserva a tu embrujo me sustraje:
un soplo que se empeña en envolverme.
Tu majestad fascinadora e inerme
ordena desde el trono del paisaje:
“Prosigue para no dejar de verme”.
Antonio Macías Luna
Mendoza (Argentina)