lunes, 16 de enero de 2012

UN TREN Y UN COCHE

Corre un tren como un túnel sin montaña.
En fila, en paralelo,
un coche negro corre a todo gas.
Hierro y asfalto corren
parados, compañeros.
La cordillera al pairo se mantiene,
prudente como yo, que miro desde lejos.

Los vagones avanzan como si fuesen uno.
¡Cómo se esfuerza el vehículo
arrastrando su túnica de luto!
Avanzan cuatro mundos de neumáticos.
Innumerables mundos metálicos se atrasan.
Se estira mi visión. El tren converge con el coche.

Se unen hierro y asfalto, frío y calor.
Quizá salte una llama*
sobre el fondo azulado de la sierra.

De pronto los dos móviles son puntos diferentes.
La montaña los une en un punto de añil.

Antonio Macías Luna
Lautaro (Chile), 23 de abril de 2005


* llama, animal camélido de América del Sur