domingo, 15 de enero de 2012

EL ESTANDARTE DE MI VERDAD

Siempre marcho portando un estandarte.
Como un telón flagela
al aire intimidado en su carrera.
Sus temblones pliegues de arabescos
se agita en creciente repeluzno
por el calor que enseña su divisa.

Siempre camino con bandera erguida,
un bastión que no toca nunca el suelo;
un pincel que resalta mi silueta.
Prosigo sin desmayo hacia delante,
contra la rosa fija de los vientos,
sin que el palo que llevo se doblegue
a los cambios sutiles que lo envuelven,
a las verdades disecadas de otros.

No dejaré de alzar
lo que mi corazón se empeñe en darme.
Siempre estaré dispuesto a ser soldado
contra la mente deformada de otros.

Siempre estaré dispuesto a combatir,
a vendimiar sudor
por la culta expresión de mi verdad.

                  Antonio Macías Luna
                  Quintero (Chile); 3 de enero de 2007